4:25 de la mañana. Vibra la alarma. Amanece en breve y hay que moverse.
Reviso el equipo en la encimera de la cocina mientras hago café, baterías, tarjetas, el soporte con los brazos articulados, backgrounds, mini trípode, ahora luces, los leds articulados, el controlador de las luces, el frontal, dos cucharadas de azúcar, remuevo y le doy un buen trago al café, el disparador automático, la Go Pro, me pongo el mono, rodillera, antimosquitos, sudadera, más antimosquitos, me pongo los Marshall´s y escucho una copla cojonuda, “Everlasting Light” de los Black Keys, que por supuesto se ha ganado ser el temazo de este post.
https://open.spotify.com/intl-es/track/50ruR1ueH4wroJBpJOnjQS?si=e21e010e5a3e4dfd
Agarro la máquina y bajo las escaleras, ya hay bastante luz. Hoy toca visitar un estanque cercano en busca de caballitos del diablo o alguna libélula aún adormilada. Pero lo primero que me recibe es una nube de mosquitos bailando alrededor de la luz de mi frontal.
Peino la vegetación, buscando algo que sobresalga entre las briznas. Nada. Ni caballitos ni diablos. Solo mosquitos… hasta que ¡bingo! Una Robberfly. Me encantan. Tienen ese aire de cazadora despiadada. Hace unos días encontré una en el jardín, bajo un chambao. Le di refugio a cambio de unos buenos retratos.
No me importa repetir.
Acomodo la modelo sujetando la hierba con pinzas por ambos extremos —el viento ha empezado a molestar—. Coloco el LED bajo la escena para iluminar la parte que suele quedarse en sombra. El fondo, un degradado amarillo-verdoso. Encuadro, ajusto el enfoque. Pulso el disparador: ráfaga de flashes, traqueteo del obturador. El ritual de siempre.
Unos cientos de fotos después… y una bandada de gansos volando sobre mí (sí, de verdad —hay vídeo 😆), me doy por satisfecho. dejo a la modelo donde me la encontré, con su aspecto de depredador letal. Sigo mi búsqueda por la maleza, hasta que me encuentro una escena entrañable, una pata rodeada por su ejército de patitos. Apretujados, dormidos, calentitos. Se mueven despacito. Se desperezan y se zambullen detrás de su madre. Es una de esas imágenes que no buscas, pero que se quedan contigo. Me han regalado un momento muy plenty del que os hago partícipes.