Mi trabajo revela lo que el ojo humano no alcanza: criaturas minúsculas retratadas con respeto en su entorno natural o capturadas en grandes retratos donde cada pelo, ojo y escama cuenta una historia.
Cada fotografía es una expedición. No solo hacia el interior de la naturaleza, sino también hacia nuestra capacidad de asombro.
Este es mi laboratorio visual. Mi campo de juego. Mi manera de contar que, incluso en lo más pequeño, habita lo extraordinario.